Todos los rodenticidas anticoagulantes actúan de la misma manera, es decir, provocan la interferencia en la síntesis de los factores de coagulación, lo que se traduce en la aparición de hemorragias y la muerte. En las células del hígado, la vitamina K1- 2,3 epóxido, biológicamente inactiva, se reduce por la acción de una enzima microsómica a vitamina K biológicamente activa, que es esencial para la síntesis de la protrombina y otros factores de la coagulación. Los raticidas anticoagulantes antagonizan la enzima de la vitamina K1 epóxido reductasa en el hígado, causando una disminución gradual de la vitamina y, por consiguiente, de los factores de coagulación dependientes de la vitamina K. Esto se traduce en un aumento en el tiempo de coagulación de la sangre hasta el punto en el que se produce el fallo de dicho mecanismo de coagulación. El uso principal de los anticoagulantes en todo el mundo ha sido para el control de roedores comensales, principalmente la rata de las alcantarillas, las ratas de los tejados y los ratones comunes. Unos diez raticidas anticoagulantes han sido comercializados. Algunos los examinamos aquí para ilustrar sus propiedades. Algunos de ellos han sido registrados para el control de roedores comensales.
Los anticoagulantes de primera generación empezaron a usarse durante los primeros años de la década de 1950 y revolucionaron el control de roedores con una excelente seguridad y eficacia. Los anticoagulantes de segunda generación se introdujeron para vencer la resistencia a los compuestos de primera generación, que se observó por primera vez a finales de los 50.