Se ha demostrado, a lo largo de unos cincuenta años, que el uso de rodenticidas anticoagulantes constituye el método más eficaz de controlar las poblaciones de roedores comensales.
El uso continuado de estos rodenticidas anticoagulantes, sin embargo, ha llevado al desarrollo de resistencia en especies de roedores comensales, como la rata de las alcantarillas o rata noruega (Rattus norvegicus), la rata de los tejados (Rattus rattus), y el ratón común o casero (Mus musculus)1. Las cepas resistentes de la rata de las alcantarillas puede estar restringidas a ciertas regiones geográficas. Las cepas de ratones resistentes no pueden ser localizadas geográficamente. A menudo, la aparición de una resistencia está relacionada con ciertas condiciones, como la presencia de alimentos para animales de cría con alto contenido en vitamina K3, una infraestructura industrial y el uso continuado de rodenticidas anticoagulantes con una mala praxis. Sin embargo, en algunos casos, las razones para el desarrollo de una resistencia no pueden atribuirse con total certeza.
Recuerde, la resistencia se caracteriza por la capacidad de algunos individuos, dentro de una población de roedores, para continuar alimentándose del cebo con anticoagulantes durante muchas semanas.
La alimentación continuada con cebos con anticoagulantes puede deberse no sólo a la resistencia, sino que también puede ser la consecuencia de la colocación de cebo insuficiente o de la migración. Sin embargo, una vez que estas dos otras alternativas han sido descartadas, la probabilidad de que la causa de seguir alimentándose continuamente sea la resistencia a los anticoagulantes es alta.
Desde el punto de vista de quienes realizan el control de roedores, el término "resistencia práctica" se utiliza para identificar aquella resistencia que conlleva la dificultad para el control de roedores en condiciones prácticas.