El control efectivo y económico de poblaciones de roedores comensales, ya sea a pequeña o gran escala, requiere una estrategia planificada. La ejecución no planificada y despreocupada de un programa de control es improbable que conduzca a un control efectivo a largo plazo.
Cualquier programa de Gestión Integrada de Plagas (GIP) está compuesto de una serie de elementos prácticos y esto es cierto para la gestión integral de roedores. Sin embargo, para que tenga posibilidades de éxito, un requisito fundamental es que la persona que lleve a cabo la GIP ha de estar adecuadamente formada, ha de ser competente e idealmente ha de estar adecuadamente cualificada. En algunos países, es requisito legal que quienes apliquen rodenticidas estén formados y también cualificados según normas nacionales. Incluso si no se ha establecido dicha legislación o conjunto de normas nacionales, es requisito, que aparece en la etiqueta de los rodenticidas autorizados que se venden para uso profesional, que el usuario esté formado y sea competente.
La aplicación efectiva de las recomendaciones que aparecen en esta sección jugará un papel fundamental a la hora de evitar el desarrollo de resistencias a los anticoagulantes.