Sustancias de acción aguda

Ninguno de los rodenticidas de acción aguda se utiliza en la actualidad de manera generalizada. De hecho, con la excepción de la alfacloralosa, no hay ninguno registrado actualmente en Europa como biocida, aunque la mayoría están disponibles en América del Norte. Con anterioridad a 1950, todos los pesticidas para vertebrados eran no anticoagulantes, la mayoría de ellos de acción aguda o de acción rápida, pero después de la aparición de la warfarina y de otros anticoagulantes la importancia de estos compuestos se vio reducida. Después de la aparición de la resistencia a los anticoagulantes en algunas poblaciones de roedores, y tras el descubrimiento de residuos de anticoagulantes de segunda generación en la fauna silvestre, el interés por los pesticidas no anticoagulantes, o al menos por pesticidas para vertebrados menos persistentes de «bajo efecto residual», ha revivido y se han investigado más sustancias agudas nuevas. La mayoría de los rodenticidas agudos, por ejemplo la norbormida, el sulfato de talio, la estricnina y la escila roja, ya no están disponibles, ni están registrados para su uso o, cuando están disponibles y tienen registro, no se recomiendan debido a una serie de características adversas. En particular, no hay antídoto para muchas de estas sustancias y su eficacia no es fiable debido al desarrollo en los roedores de reticencia a comer el cebo.

La alfacloralosa es un narcótico de efecto rápido. Ralentiza una serie de procesos metabólicos esenciales, incluida la actividad cerebral, el ritmo cardíaco y la respiración, induciendo con ello hipotermia y la eventual muerte. Es más eficaz en roedores pequeños, tales como los ratones caseros y en condiciones de temperaturas frescas o frías. La alfacloralosa se utiliza para el control de ratones, normalmente en cebos que contienen entre un 2 % y un 4% de sustancia activa . En varios países, este compuesto se utiliza de ocasionalmente para el control de plagas de aves y, obviamente puesto que es tóxico para las aves, debe utilizarse con precaución cuando se utiliza en cebos para el control de ratones.

El fosfuro de zinc fue utilizado por primera vez como raticida en 1911 en Italia. Es un rodenticida eficaz de efecto agudo y fue el más utilizado en todo el mundo hasta la introducción de compuestos anticoagulantes en los años 40 y 50. Hoy en día se utiliza todavía en EE.UU., Australia, la región del Pacífico asiático, Europa y China. Su utilización en Europa ha quedado limitada a roedores de campo como fitosanitario. En otras partes sigue siendo el agente preferido en algunas situaciones, como por ejemplo para el control de plagas de ratones en Australia, y puede repartirse rápidamente dispositivos mecánicos en tierra o desde el aire en aviones. El fosfuro de zinc es un compuesto de acción rápida, con signos clínicos que aparecen en entre los primeros 15 minutos y hasta 4 horas después de la ingesta y, tras una dosis letal, la muerte generalmente se produce en un periodo de 3 a 12 horas. La acción emética del zinc reduce la toxicidad del fosfuro de zinc para algunas especies que no objetivo; sin embargo, las ratas carecen de un reflejo para el vómito. La muerte se produce por la combinación de un fallo cardíaco e insuficiencia respiratoria.

El fluoroacetato de sodio (1080) se preparó por primera vez en Bélgica, en 1896, pero no se investigó rigurosamente como plaguicida hasta la década de los 40, cuando la escasez de otros raticidas de acción aguda, como la estricnina y la escila roja, hizo necesario el desarrollo de otras sustancias tóxicas. El fluoroacetato de sodio se encuentra en la naturaleza en concentraciones letales en las plantas venenosas. Esta toxina se formula en forma de cebos para exterminar plagas de mamíferos introducidos, incluyendo a los roedores. El período comprendido entre el momento de la ingestión del fluoroacetato y la aparición de síntomas de envenenamiento en los mamíferos oscila entre la media y las 3 horas, y los animales que hayan ingerido una dosis letal mueren en su mayoría dentro de la 24 horas siguientes. La inhibición de la producción de energía en el ciclo del ácido tricarboxílico (Krebs) produce la muerte por fallo cardíaco o respiratorio.

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